Por: Gustavo Mares Paredes
Con 38 años como profesional, Nitro afrontará este domingo uno de los retos más importantes de su carrera porque expondrá la máscara en la función llamada ‘Sin Salida’ en la que doce gladiadores pondrán en juego la capucha en una contienda enjaulada.
Nitro, quien comenzó en el profesionalismo a la edad de 17 años, enfrentará en algunos casos a luchadores que por edad podrían ser sus hijos. ‘La juventud viene empujando fuerte. Yo soy luchador profesional y me gustan los retos. Son muchos años arriba de los encordados. La experiencia te hace ver este tipo de confrontaciones con cierto tipo de filosofía. Sabes que el riesgo está latente. En muchos casos es experiencia contra juventud’.
En esta contienda ‘Sin Salida’, el gran Nitro comparte créditos con: Difunto, Inquisidor, Zandokán Jr., Apocalipsis, Príncipe Odín Jr., Bengala, Valiente Jr., Oro Jr., Neón, Retro y Millenium.
‘Va a ponerse bueno. Nadie se quiere dejar ganar la pelea. En mi caso, quiero preservar mi máscara, quiero llegar a los niveles de grandes luchadores como El Santo, Blue Demon, Mil Máscaras o Atlantis, por mencionar algunos. Expusieron muchas veces la incógnita y salieron airosos. Es la única manera de llegar alto en este negocio. El que no arriesga, no gana’.
Estos días previos, Nitro estará metido de lleno en el gimnasio. ‘Aquí en el Consejo Mundial de Lucha Libre la preparación física y técnica es fundamental. Más allá de eso, uno como profesional debe estar al pendiente de su preparación total’.
El caso de Nitro en la lucha libre pareciera sacado de un libreto cinematográfico y es que llegó a la Arena Méxic, cuando era apenas un niño de ocho años. La necesidad de su señora madre por sacar adelante a sus cinco hijos la llevó a pedir trabajo en la Arena México. Llegó acompañada de uno de sus pequeños hijos que aprovechó la visita para jugar en el cuadrilátero del máximo escenario luchístico del país.
‘De repente el señor Lutteroth le llamó a mi mamá para entrevistarla y le dio el trabajo. Yo bajé inmediatamente del ring y corri hacia él para pedirle que también me diera una oportunidad laboral’, recuerda Nitro, quien agrega que: ‘De repente me preguntó que si me sabía la tabla del seis y pues le dije las tablas del uno al diez. Seguramente le caí en gracia, porque me permitió vender tortas. Aquel día en cuanto me dio el trabajo sabía que tarde o temprano trabajaría en la empresa como luchador’.
Nitro es un gladiador ‘totalmente hecho’ en el Consejo Mundial de Lucha Libre. Si se tratara de futbol sería un elemento que se forjó en las ‘fuerzas básicas’ lo que implica mayor responsabilidad en la función dominical, porque de alguna manera carga el estandarte del Consejo Mundial de Lucha Libre:
‘Hay mucho en juego en la función. La máscara es lo más sagrado que tengo. Pero además de alguna manera represento al Consejo Mundial de Lucha Libre porque jamás he trabajado para otra empresa, desde que llegué aquí con ocho años de edad no he laborado en otro lado. La Arena México es como mi casa’.
Nitro, quien guarda celosamente su identidad, es un apasionado del deporte de los costalazos. El alto nivel de maestría que atesora en el pancracio le ha llevado en reiteradas ocasiones a impartir clínicas en diversos países europeos en los que el gladiador mexicano goza de un cartel de máxima categoría.